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Iglesia

Roma, el Papa crea un fondo para los trabajadores en dificultad a causa de Covid-19

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Se llama Fondo «Jesús Obrero Divino» y tendrá como primera asignación un millón de euros para todas las categorías de más débiles afectados por la pandemia en la diócesis de Roma. En su carta al cardenal vicario De Donatis, Francisco lanza la invitación a una «alianza para Roma»: instituciones y ciudadanos, dice, que la ciudad renazca con un corazón solidario.

Alessandro De Carolis – Ciudad del Vaticano

La resurrección de Roma comienza con los frágiles. De devolver a las personas de la precariedad, a lo invisible bajo el umbral de la atención, la dignidad que las semanas de cuarentena han reducido a polvo con la lentitud de un dramático reloj de arena. No hay otro camino para Francisco, quien ya hace poco tiempo, al establecer la Comisión post-Covid, había asumido la preocupación por las consecuencias sociales de la pandemia. Su mirada se detuvo esta vez en la ciudad de la que es obispo, Roma, de donde dice «vemos que tanta gente pide ayuda, y parece que ‘los cinco panes y los dos peces’ no son suficientes».

Para los que corren más riesgo

A partir de esta observación el nuevo gesto concreto del Papa, comunicado en una carta enviada a su cardenal vicario, Angelo De Donatis. El Fondo «Jesús Obrero Divino», con un primer millón de euros pagado a la Cáritas diocesana, quiere «recordar -escribe- la dignidad del trabajo» para ese «gran grupo de trabajadores cotidianos y ocasionales», los «con contratos de duración determinada no renovable», «los pagados por hora» y con un pensamiento -Francisco los enumera explícitamente- a los pasantes, a los trabajadores domésticos, a los pequeños empresarios, a los trabajadores autónomos, especialmente a los de los sectores más afectados y a sus industrias afines. Entre ellos, señaló, «muchos son padres y madres de familias que luchan laboriosamente por poner la mesa para sus hijos y garantizarles el mínimo necesario».

«Me gusta pensar que podría convertirse en una oportunidad para una verdadera alianza para Roma en la que todos, por su parte, se sientan protagonistas del renacimiento de nuestra comunidad después de la crisis».

Por el bien común

El Papa sabe que está hablando con un tejido humano sensible. Reconoce esto, «el gran número de personas que en estos días se han arremangado para ayudar y apoyar a los débiles». Esto queda demostrado, subraya, por «el aumento de las donaciones» para los que cuidan de los enfermos y los pobres y, en general, todas esas «manifestaciones que han visto a los romanos asomarse por ventanas y balcones para aplaudir a los médicos y a los trabajadores de la salud, cantando y jugando, creando comunidades y rompiendo la soledad que socava el corazón de muchos de nosotros». Ejemplos no de una emoción pasajera, sino de gente que quiere actuar «por el bien común».

Políticas de protección

Para Francisco, la creación del Fondo es el paso de una Iglesia que conoce y comparte la inquietud de quienes hoy tienen más incertidumbres que otra cosa, que «acompaña a los débiles con su caridad, y está dispuesta a colaborar con las instituciones de la ciudad y con todas las realidades sociales y económicas». Y aquí el Papa se dirige directamente a los representantes de la sociedad civil y del mundo del trabajo, «llamados», escribe, «a escuchar esta petición y a transformarla en políticas y acciones concretas para el bien de la ciudad». Políticas que «protegen», sigue afirmando, «especialmente a quienes corren el riesgo de quedar excluidos de la protección institucional y necesitan apoyo para acompañarlos, hasta que puedan volver a caminar de forma autónoma».

La flor de la solidaridad

La esperanza del Papa es que la reacción colectiva y solidaria ante las consecuencias de la pandemia cree «una verdadera y propia alianza para Roma en la que todos, por su parte, se sientan protagonistas del renacimiento de nuestra comunidad después de la crisis». Francisco insta a los sacerdotes a «ser los primeros en contribuir al fondo, y los entusiastas partidarios de compartir en sus comunidades». Y la última oración es «al buen corazón de los romanos»: ahora, concluye, «no basta con compartir sólo lo superfluo. Me gustaría ver florecer en nuestra ciudad la solidaridad ‘vecinal’, las acciones que recuerden las actitudes del año sabático, en el que se perdonan las deudas, se abandonan las disputas, se pide el pago según la capacidad del deudor y no del mercado».

La gratitud de De Donatis

Al declararse «profundamente agradecido» por la creación del Fondo, el Cardenal De Donatis – informa una nota del Vicariato – capta en su carta «todo el amor y la solicitud» que el Papa, Obispo de Roma, «no cesa de mostrar hacia los hombres y mujeres de nuestra ciudad». Y se dice «seguro que junto con las instituciones – comenzando por la Región del Lacio y la Capital de Roma – ‘cada uno por su parte’, todos responderemos unidos y con compromiso en dar vida a ‘una verdadera y propia alianza para Roma, para ser ‘protagonistas del renacimiento de nuestra comunidad después de la crisis’. El Fondo, dice la nota del Vicariato, será presentado a los medios de comunicación el próximo viernes a las 11 de la mañana en la Sala Cardenal Ugo Poletti del Palacio de Letrán.

FUENTE: https://www.vaticannews.va/es/papa/news/2020-06/roma-papa-francisco-crea-fondo-trabajadores-ayuda-covid19.html

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Iglesia

Postulador general de los OMI de visita al Chaco

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El P. Diego Sáez Martín OMI es el Postulador General de la Congregación de los Oblatos de María Inmaculada, se encuentra realizando una serie de visitas dentro de lo que se denomina «Causa Mons. Pedro Shaw – Pa’i Puku».

Los encuentros iniciaron desde su llegada al Paraguay, que fue el domingo 3 de marzo y con una nutrida agenda. Todo esto es dentro del proceso de llevar a los altares al Mons. Pedro Shaw OMI.

Misionero santo en el Chaco paraguayo (1925 – 1984)

Andaba a caballo, en cachapé y a veces a pie, por áridos desiertos y por extensos bañados, atravesando ríos y riachos, pantanos plagados de toda clase de insectos y alimañas, mosquitos, polvorines y otros, no conoce ni tiempo, ni hora, ni fronteras y tampoco límites en cuanto a y para su constitución física…

El P. Diego Sáez OMI y el P. Miguel Fritz OMI, llegaron hasta radio Pa’i Puku para hablar de la visita y del proceso en que se encuentra la Causa Pa’i Puku.

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Iglesia

Nuevo Nuncio Apostólico en Paraguay

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Nunciatura Apostólica

 

29 de diciembre de 2023

El Santo Padre, Papa Francisco, en la fecha de hoy 29 de diciembre de 2023, a las 10:00 horas de Roma (6:00 horas de Paraguay), ha aceptado la renuncia de S.E. Mons. Eliseo Antonio Ariotti, como Nuncio Apostólico, presentada en fecha 17 de noviembre de 2023, al cumplimiento de los 75 años de edad y, al mismo tiempo, ha nombrado, como nuevo Nuncio Apostólico en Paraguay, a S.E. Mons. Vincenzo Turturro, electo Arzobispo titular de Ravello (Región de Campania – Italia), hasta ahora Consejero de Nunciatura en servicio en la Secretaría de Estado de la Santa Sede.

La noticia aparecerá en la edición de L’Osservatore Romano, Boletín oficial de la Santa Sede, del 29 de diciembre 2023, a las 12:00 horas de Roma (8:00 horas del Paraguay).

Sucesivamente, se comunicará la fecha de la consagración episcopal del Nuevo Nuncio y de su llegada al País para asumir sus funciones, así como la fecha de la conclusión de la misión en Paraguay de S.E. Mons. Eliseo Antonio Ariotti.

 

Asunción, 29 de diciembre de 2023

 

Fuente: Nuevo Nuncio Apostólico en Paraguay – Portal Digital Cáritas Universidad Católica (caritas.com.py)

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Iglesia

Bendecir no significa aprobar la unión.

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Declaración doctrinal abre las bendiciones para las parejas «irregulares”

Con la ‘Fiducia supplicans’ del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, aprobada por el Papa, será posible bendecir parejas formadas por personas del mismo sexo, pero al margen de cualquier ritualización e imitación del matrimonio. La doctrina sobre el matrimonio no cambia, bendecir no significa aprobar la unión.

Vatican News

Ante la petición de dos personas de ser bendecidas, aunque su condición de pareja sea «irregular», será posible que el ministro ordenado dé su consentimiento. Pero sin que este gesto de proximidad pastoral contenga elementos ni remotamente parecidos a un rito matrimonial. Así lo afirma la Declaración «Fiducia supplicans« sobre el significado pastoral de las bendiciones, publicada por el Dicasterio para la Doctrina de la Fe y aprobada por el Papa. Un documento que profundiza en el tema de las bendiciones, distinguiendo entre las bendiciones rituales y litúrgicas, y las bendiciones espontáneas que se asemejan más a gestos de devoción popular: precisamente en esta segunda categoría se contempla ahora la posibilidad de acoger también a quienes no viven según las normas de la doctrina moral cristiana pero piden humildemente ser bendecidos. Desde agosto de hace 23 años, el antiguo Santo Oficio no publicaba una declaración (la última fue en el año 2000 «Dominus Jesus»), un documento de alto valor doctrinal.

«Fiducia supplicans» se abre con una introducción del prefecto, el cardenal Víctor Fernández, quien explica que la declaración profundiza en el «significado pastoral de las bendiciones», permitiendo «ampliar y enriquecer su comprensión clásica» a través de una reflexión teológica «basada en la visión pastoral del Papa Francisco». Una reflexión que «supone un verdadero desarrollo respecto a lo dicho hasta ahora sobre las bendiciones», llegando a incluir la posibilidad «de bendecir a parejas en situación irregular y a parejas del mismo sexo, sin validar oficialmente su estatus ni modificar en nada la enseñanza perenne de la Iglesia sobre el matrimonio».

Tras los primeros parágrafos (1-3), en los que se recuerda el anterior pronunciamiento de 2021, ahora ampliado, la declaración presenta la bendición en el sacramento del matrimonio (parágrafos 4-6) declarando «inadmisibles los ritos y oraciones que puedan crear confusión entre lo que es constitutivo del matrimonio» y «lo que lo contradice», para evitar reconocer en modo alguno «como matrimonio algo que no lo es». Reiteró que, según la «perenne doctrina católica», sólo se consideran lícitas las relaciones sexuales dentro del matrimonio entre un hombre y una mujer.

Un segundo amplio capítulo del documento (parágrafos 7-30) analiza el significado de las diversas bendiciones, que tienen como destino personas, objetos de devoción, lugares de la vida. Recuerda que «desde un punto de vista estrictamente litúrgico», la bendición requiere que lo que se bendice «sea conforme a la voluntad de Dios expresada en las enseñanzas de la Iglesia». Cuando con un rito litúrgico específico «se invoca una bendición sobre determinadas relaciones humanas», es necesario que «lo que se bendice pueda corresponder a los designios de Dios inscritos en la Creación» (11). Por tanto, la Iglesia no tiene potestad para conferir una bendición litúrgica a parejas irregulares o del mismo sexo. Pero hay que evitar el riesgo de reducir el sentido de las bendiciones sólo a este punto, exigiendo para una simple bendición «las mismas condiciones morales que se exigen para la recepción de los sacramentos» (12).

Tras analizar las bendiciones en la Escritura, la declaración ofrece una comprensión teológico-pastoral. Quien pide una bendición «se muestra necesitado de la presencia salvadora de Dios en su historia», porque expresa «una petición de ayuda a Dios, una súplica por una vida mejor» (21). Esta petición debe ser acogida y valorada «fuera de un marco litúrgico», cuando se encuentra «en un ámbito de mayor espontaneidad y libertad» (23). Consideradas desde la perspectiva de la piedad popular, «las bendiciones deben valorarse como actos de devoción». Para conferirlas no es necesario, por tanto, exigir como condición previa una «perfección moral previa».

Profundizando en esta distinción, sobre la base de la respuesta del Papa Francisco a la dubia de los cardenales publicada el pasado mes de octubre, en la que pedía discernir sobre la posibilidad de «formas de bendición, solicitadas por una o varias personas, que no transmitan una concepción errónea del matrimonio» (26), el documento afirma que este tipo de bendición «se ofrece a todos”, sin pedir nada, haciendo sentir a las personas que permanecen bendecidas no obstante sus errores y que «el Padre celestial sigue queriendo su bien y esperando que finalmente se abran al bien» (27).

Existen «diversas ocasiones en las que las personas acuden espontáneamente a pedir una bendición, ya sea en peregrinaciones, en santuarios o incluso en la calle cuando se encuentran con un sacerdote», y tales bendiciones «se dirigen a todos, nadie puede ser excluido» (28). Por tanto, quedando prohibido activar «procedimientos o ritos» para estos casos, el ministro ordenado puede unirse a la oración de aquellas personas que, «aunque estén en una unión que en modo alguno puede parangonarse al matrimonio, desean encomendarse al Señor y a su misericordia, invocar su ayuda, dejarse guiar hacia una mayor comprensión de su designio de amor y de vida» (30).

El tercer capítulo de la declaración (parágrafos 31-41) abre, por tanto, la posibilidad de estas bendiciones, que representan un gesto hacia quienes «reconociéndose desamparados y necesitados de su ayuda, no pretenden la legitimidad de su propio status, sino que ruegan que todo lo que hay de verdadero, bueno y humanamente válido en sus vidas y relaciones, sea investido, santificado y elevado por la presencia del Espíritu Santo» (31). Tales bendiciones no deben ser estandarizadas, sino confiadas al «discernimiento práctico en una situación particular» (37). Aunque se bendice a la pareja pero no la unión, la declaración incluye entre lo bendecido las relaciones legítimas entre las dos personas: “en la oración breve que puede preceder esta bendición espontanea, el ministro ordenado podría pedir para ellos la paz, la salud, un espíritu de paciencia, diálogo y ayuda mutuos, pero también la luz y la fuerza de Dios para poder cumplir plenamente su voluntad» (38). También se aclara que, para evitar «cualquier forma de confusión y escándalo», cuando una pareja irregular o del mismo sexo pida la bendición, «nunca se realizará al mismo tiempo que los ritos civiles de unión, ni tampoco en conexión con ellos. Ni siquiera con las vestimentas, gestos o palabras propias de un matrimonio» (39). Este tipo de bendición «puede encontrar su lugar en otros contextos, como la visita a un santuario, el encuentro con un sacerdote, la oración recitada en un grupo o durante una peregrinación» (40).

Por último, el cuarto capítulo (parágrafos 42-45) nos recuerda que » cuando la relación con Dios está enturbiada por el pecado, siempre se puede pedir una bendición, acudiendo a Él» y deseándola pueda ser en algunas situaciones «el bien posible» (43).

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