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Iglesia

Intenciones de oración del Papa Francisco – Febrero 2023

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Oremos para que las parroquias, poniendo la comunión en el centro, sean cada vez más comunidades de fe, fraternidad y acogida a los más necesitados.

“Las parroquias no son un club para pocos, que dan una cierta pertenencia social”. Esta es la visión de Francisco de las parroquias que explica en el video de febrero, realizado y producido por la Red Mundial de Oración del Papa. Una visión que no es nueva, sino que es la misma que ha tenido el cristianismo desde los orígenes. El Papa nos dice que las parroquias “tienen que volver a ser escuelas de servicio y generosidad, con sus puertas siempre abiertas a los excluidos. Y a los incluidos. A todos”. Tienen que ser “comunidades cercanas, sin burocracia, centradas en las personas”. Y termina su mensaje pidiéndonos que “seamos audaces” para conseguir que las parroquias sean así de nuevo.

“A veces pienso que deberíamos poner en las parroquias, en la puerta, un cartel que diga ‘Entrada libre’. Las parroquias deben ser comunidades cercanas, sin burocracia, centradas en las personas y donde encontrar el regalo de los sacramentos. Tienen que volver a ser escuelas de servicio y generosidad, con sus puertas siempre abiertas a los excluidos. Y a los incluidos. A todos. Las parroquias no son un club para pocos, que dan una cierta pertenencia social. Por favor, seamos audaces.

Replanteémonos todos el estilo de nuestras comunidades parroquiales. Oremos para que las parroquias, poniendo la comunión, la comunión de la gente, la comunión eclesial, en el centro, sean cada vez más comunidades de fe, de fraternidad y de acogida a los más necesitados”.

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Vicariato Apostólico del Chaco celebra 75 años de creación canónica

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El viernes 10 y sábado 11 de marzo, en la ciudad de Fuerte Olimpo – capital del Alto Paraguay, el Vicariato Apostólico del Chaco estará celebrando los 75 años de la creación canónica. El VACH es una de las tres jurisdicciones pastorales que existen en el Chaco Paraguayo. Abarca todo el Dpto. del Alto Paraguay y el Distrito de Puesto Pinasco en Pdte. Hayes. Anteriormente correspondía a la Diócesis de Concepción y el cuidado espiritual fue encomendado desde sus inicios a los misioneros salesianos. Es una culminación de 3 años  de preparación de esta fiesta. Así explicó el Mons. Gabriel Escobar, quien es el 5to. Obispo del Vicariato.

Se destaca la presencia del Cardenal Mons. Adalberto Martínez Flores, que estará presidiendo la Santa Misa del Sábado 11 de Marzo a las 10hs. Compartimos la entrevista con el Mons. Garbiel Escobar.

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6ª Edición de la Rifa del VAP

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El Vicariato Apostólico del Pilcomayo, comprende la parte norte del Departamento de Presidente Hayes hasta el curso del río Monte Lindo y todo el Departamento de Boquerón

Las características físico-geográficas del Vicariato son muy singulares: el litoral del río Pilcomayo es bajo e inundable; su vegetación se reduce a inmensos palmares y espinillares altos y agrestes. La otra mitad norte es toda de bosques de mediana y pequeña altura. Su riqueza principal es la ganadería. La ruta Transchaco atraviesa todo el Vicariato en diagonal y comunica la sede episcopal, Mcal. Estigarribia, con la Capital del país.

Tiene una Superficie: 125.000 Km.2, 30% de la superficie del país, con una población de 60 a 70.000 habitantes, de los cuales 28.000 son indígenas de las etnias Nivacle, Lengua, Sanapana, Guaraní, Ayoreo, Manjui, Guaraní Nandeva, Guana, Angaite, Toba.

Cuenta con seis parroquias: Santa María de Mcal. Estigarribia, San Leonardo – Fischat, Inmaculada Concepción de María de Pedro P. Peña,San Eugenio de Mazenod de Tte. Irala Fernández (ex 25 Leguas),  Nuestra Señora de la Victoria de Campo Acevaly San Eugenio de Mazenod de Filadelfia.

Cubrir todas las comunidades con los trabajos pastorales implica muchos gastos. Para ello se organiza la rifa, de tal manera a conseguir un poco de recurso económico a través de la colaboración de los feligreses y la ciudadanía en general, comprando sus boletas y participando del sorteo. Fue lo expresado por el P. Silvino González, actual párroco de la Parroquia San Eugenio de Mazenod de Filadelfia y encargado de coordinar la rifa del VAP en su sexta edición.

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El Papa en Urbi et Orbi recordó las guerras y el hambre que sufre la humanidad

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En su mensaje, el Papa dijo que estamos viviendo una grave carestía de paz: Ucrania, Siria, Israel, Palestina, Haití y Líbano, algunos escenarios “de esta tercera guerra mundial”. Recordó que toda guerra provoca hambre y usa la comida misma como arma, impidiendo su distribución a los pueblos que ya están sufriendo. Un pensamiento a los migrantes y refugiados. También en el corazón del Papa los marginados, las personas solas, los ancianos y huérfanos que corren el riesgo de ser descartados.

Patricia Ynestroza-Ciudad del Vaticano

El Papa en su mensaje Urbi et Orbi recordó los conflictos que afectan a la humanidad y los países donde se muere de hambre. Al mencionar Ucrania, dijo que desde que comenzó allí la guerra muchos países especialmente en el Cuerno de África y Afganistán están en peligro de carestía. Pidió que hoy, mientras disfrutamos la alegría de encontrarnos con nuestros seres queridos, en una mesa bien preparada, pensemos en las familias que están más heridas por la vida, y en aquellas que, en este tiempo de crisis económica, tienen dificultades a causa de la falta de trabajo y de lo necesario para vivir.

Jesús nace entre nosotros: es Dios con nosotros

Que el Señor Jesús, nacido de la Virgen María, traiga a todos ustedes el amor de Dios, fuente de fe y de esperanza; junto con el don de la paz, que los ángeles anunciaron a los pastores de Belén: «¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra, paz a los hombres amados por él!» (Lc 2,14).

En este día de fiesta volvamos la mirada a Belén. El Señor vino al mundo en una gruta y fue recostado en un pesebre para los animales, porque sus padres no pudieron encontrar un albergue, a pesar de que a María le había llegado ya la hora del parto. Vino a estar entre nosotros en el silencio y en la oscuridad de la noche, porque el Verbo de Dios no necesita reflectores ni el clamor de voces humanas. Él mismo es la Palabra que da sentido a la existencia, la luz que alumbra el camino. «La luz verdadera, al venir a este mundo —dice el Evangelio—, ilumina a todo hombre» (Jn 1,9).

“Jesús nace entre nosotros, es Dios-con-nosotros. Viene para acompañar nuestra vida cotidiana, para compartir todo con nosotros, alegrías y dolores, esperanzas e inquietudes. Viene como un niño indefenso. Nace en el frío, pobre entre los pobres. Necesitado de todo, llama a la puerta de nuestro corazón para encontrar calor y amparo”.

Palabras del Papa Francisco en el mensaje Urbi et Orbi de este 25 de diciembre, donde nos pide que, como los pastores de Belén, dejemos que nos envuelva la luz y vayamos a ver el signo que Dios nos ha dado. Francisco nos pidió que venzamos el letargo del sueño espiritual y las falsas imágenes de la fiesta que hacen olvidar quién es el homenajeado, que salgamos del bullicio que anestesia el corazón y nos conduce a preparar adornos y regalos más que a contemplar el Acontecimiento: el Hijo de Dios que nació por nosotros.

Adoremos al Príncipe de la Paz

Jesús, es nuestra paz; esa paz que el mundo no puede dar y que Dios Padre dio a la humanidad enviando a su Hijo, recordó el Santo Padre mencionando además a  San León Magno, que tiene “una expresión que, en la concisión de la lengua latina, resume el mensaje de este día: «Natalis Domini, Natalis est pacis», «el Nacimiento del Señor es el Nacimiento de la paz» (Sermón 6,5)”.

Jesucristo es también el camino de la paz, dijo en su mensaje el Papa, Jesús con su encarnación, pasión, muerte y resurrección, abrió el paso de un mundo cerrado, oprimido por las tinieblas de la enemistad y de la guerra, a un mundo abierto, libre para vivir en la fraternidad y en la paz. Francisco nos pidió que sigamos esa senda, pero para ser capaces de seguir a Jesús “debemos despojarnos de las cargas que nos lo impiden y que nos mantienen bloqueados”.

Cargas que no nos permiten seguir a Jesús

Las cargas que nos impiden seguir al Príncipe de la Paz, son las mismas pasiones negativas que impidieron que el rey Herodes y su corte reconocieran y acogieran el nacimiento de Jesús, señaló Francisco: el apego al poder y al dinero, la soberbia, la hipocresía, la mentira.

“Estas cargas imposibilitan ir a Belén, excluyen de la gracia de la Navidad y cierran el acceso al camino de la paz. Y, en efecto, debemos constatar con dolor que, al mismo tiempo que se nos da el Príncipe de la paz, crudos vientos de guerra continúan soplando sobre la humanidad”.

Que sea la Navidad de Jesús y de la paz

“Si queremos que sea Navidad, la Navidad de Jesús y de la paz”, dijo el Papa, contemplemos a Belén y fijemos la mirada en el rostro del Niño que nos ha nacido:

“Y en ese pequeño semblante inocente reconozcamos el de los niños que en cada rincón del mundo anhelan la paz”.

Francisco una vez más recordó a Ucrania, pidió que nuestra mirada se llene de los rostros de los hermanos y hermanas ucranianos, que viven esta Navidad en la oscuridad, a la intemperie o lejos de sus hogares, a causa de la destrucción ocasionada por diez meses de guerra.

Que abramos el corazón a Dios y que permitamos que el Señor nos disponga a realizar gestos concretos de solidaridad para ayudar a quienes están sufriendo. Que Dios, dijo, ilumine las mentes de quienes tienen el poder de acallar las armas y poner fin inmediatamente a esta guerra insensata.

“Lamentablemente, se prefiere escuchar otras razones, dictadas por las lógicas del mundo. Pero la voz del Niño, ¿quién la escucha?”

El mundo necesita paz

En su mensaje Urbi et Orbi, el Papa Francisco recordó otros escenarios de conflictos, algunos que llevan tiempo, algunos han sido olvidados por la humanidad:

“Nuestro tiempo está viviendo una grave carestía de paz también en otras regiones, en otros escenarios de esta tercera guerra mundial. Pensemos en Siria, todavía martirizada por un conflicto que pasó a segundo plano pero que no ha acabado; pensemos también en Tierra Santa, donde durante los meses pasados aumentaron la violencia y los conflictos, con muertos y heridos. Imploremos al Señor para que allí, en la tierra que lo vio nacer, se retome el diálogo y la búsqueda de confianza recíproca entre israelíes y palestinos”.

Pidió que el Niño Jesús sostenga a las comunidades cristianas que viven en todo el Oriente Medio, para que en cada uno de esos países se pueda vivir “la belleza de la convivencia fraterna entre personas pertenecientes a diversos credos”. Francisco pidió al Niño Jesús que ayude al Líbano, para que, con el apoyo de la comunidad internacional y con la fuerza de la fraternidad y la solidaridad pueda recuperarse.

Que Dios ayude a la región del Sahel, donde la convivencia pacífica entre pueblos y tradiciones se ve perturbada por enfrentamientos y violencia. Pidió por una tregua en Yemen y hacia la reconciliación en Myanmar y en Irán, para que cese todo derramamiento de sangre.

América Latina también en el corazón del Papa, pidió al Niño Jesús, que inspire a las autoridades políticas y a todas las personas de buena voluntad en el continente americano, a esforzarse por pacificar las tensiones políticas y sociales que afectan a varios países, recordó a Haití que está sufriendo hace mucho tiempo.

La humanidad sufre de hambre

Francisco, pensando en este día, en el que se reúne la familia en una mesa “bien preparada”, pidió no desviar la mirada de Belén, que significa “casa del pan”, y cada uno piense en las personas que sufren hambre, sobre todo los niños. Recordó una vez más, que, mientras se desperdician grandes cantidades de alimentos y se derrochan bienes a cambio de armas, pueblos enteros sufren de hambre.

Desde que comenzó la guerra en Ucrania, poblaciones enteras en Afganistán y los países del Cuerno de África, están sufriendo la carestía. Las guerras provocan hambre, afirmó el Papa, y usan “la comida como arma, impidiendo su distribución a los pueblos que ya están sufriendo”.

Que, aprendiendo del Príncipe de la paz, afirmó, nos comprometámonos todos —en primer lugar, los que tienen responsabilidades políticas—, para que la comida no sea más que un instrumento de paz.

Un mundo enfermo de indiferencia

Francisco dijo por último, que, hoy como en ese entonces, Jesús, la luz verdadera, viene a un mundo enfermo de indiferencia, que no lo acoge, más bien lo rechaza, como ocurre hoy día con los extranjeros, o se le ignora a Jesús, como pasa con los pobres.

«No nos olvidemos hoy de tantos migrantes y refugiados que llaman a nuestra puerta en busca de consuelo, calor y alimento. No nos olvidemos de los marginados, de las personas solas, de los huérfanos y de los ancianos que corren el riesgo de ser descartados; de los presos que miramos sólo por sus errores y no como seres humanos».

Belén, afirmó, muestra  la sencillez de Dios, que no se revela a los sabios y a los doctos, sino a los pequeños, a quienes tienen el corazón puro y abierto comolos pastores. Nos pide que como ellos, vayamos también nosotros sin demora y dejémonos maravillar por el acontecimiento impensable de Dios que se hace hombre para nuestra salvación.

«Aquel que es fuente de todo bien se hace pobre y pide como limosna nuestra pobre humanidad. Dejémonos conmover por el amor de Dios y sigamos a Jesús, que se despojó de su gloria para hacernos partícipes de su plenitud. ¡Feliz Navidad a todos!»

FUENTE: www.vaticannews.va

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