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Iglesia

Francisco anima a los movimientos eclesiales a mantenerse siempre en camino

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Se ha publicado el video con la intención de oración del Santo Padre para mayo de 2023. El Pontífice invita a rezar «para que los movimientos y grupos eclesiales redescubran cada día su misión, una misión evangelizadora, y que pongan sus propios carismas al servicio de las necesidades del mundo. Al servicio».

Sebastián Sansón Ferrari – Ciudad del Vaticano

«¡Los movimientos eclesiales son un don, son la riqueza en la Iglesia! ¡Esto son ustedes!». Estas son las palabras del Santo Padre en el video difundido en la tarde de este martes 2 de mayo a través de la Red Mundial de Oración del Papa, en el que el Pontífice anima a los movimientos y grupos eclesiales a redescubrir su misión evangelizadora.

El Sucesor de Pedro sostiene que estas organizaciones «renuevan la Iglesia con su capacidad de diálogo al servicio de la misión evangelizadora», «redescubren cada día en su carisma nuevas formas de mostrar el atractivo y la novedad del Evangelio».

«¿Cómo lo hacen?», se pregunta el Obispo de Roma, y añade: «Hablando idiomas diferentes, parecen diferentes, pero es la creatividad que crea esas diferencias. Pero entendiéndose siempre y haciéndose entender».

«Y trabajando al servicio de los Obispos y las parroquias para evitar cualquier tentación de encerrarse en sí mismos, que este puede ser el peligro, ¿no?», continúa.

Luego, dirige dos exhortaciones: la primera es a mantenerse siempre en movimiento, «respondiendo al impulso del Espíritu Santo, a los desafíos, a los cambios del mundo de hoy». La segunda es a mantenerse en la armonía de la Iglesia, pues esta «es un don del Espíritu Santo».

El mensaje concluye con la petición de dedicar el mes de mayo a rezar «para que los movimientos y grupos eclesiales redescubran cada día su misión, una misión evangelizadora, y que pongan sus propios carismas al servicio de las necesidades del mundo. Al servicio».

La variedad de carismas

Este video fue realizado en colaboración con el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, según informa un comunicado de la Red Mundial de Oración del Papa, una de cuyas tareas es acompañar el nacimiento y el desarrollo de las asociaciones de fieles y movimientos eclesiales.

La pieza audiovisual narra trozos de sus vidas, en contextos muy diferentes. Las historias van desde los scouts portugueses en peregrinación con la cruz de la Jornada Mundial de la Juventud hasta los jóvenes del Movimiento Eucarístico Juvenil en su congreso internacional, en adoración ante la Eucaristía, entre otras experiencias. Es decir, muestra tantos carismas diferentes, pero con una única misión: anunciar el Evangelio en diversos ambientes y de diversas maneras.

Internacional, intergeneracional, plurivocacional

De acuerdo con Linda Ghisoni, Subsecretaria del Dicasterio, estas instituciones «son un gran don para la Iglesia en las sociedades actuales: son, en efecto, portadores de una creatividad que se renueva continuamente para dar testimonio de Jesucristo y de la buena noticia del Evangelio a los hombres y mujeres de hoy en las circunstancias más diversas y con acciones muy concretas. Son realidades internacionales, intergeneracionales, plurivocacionales, con un potencial formativo probado, y están llamadas a no encerrarse nunca en sí mismas, sino a vivir su vocación y su misión auténticamente eclesiales”.

En movimiento

El P. Frédéric Fornos S.J., Director Internacional de la Red Mundial de Oración del Papa, comentó acerca de esta intención: “De alguna manera, Francisco se detiene en una nota fundamental de estos movimientos eclesiales: que sigan en movimiento. Que sigan ‘respondiendo al impulso del Espíritu Santo, a los desafíos, a los cambios del mundo de hoy’, que sigan despertando, según su propio carisma, ‘la misión evangelizadora de la Iglesia de tantos laicos comprometidos en vivir y testimoniar el Evangelio en las realidades ordinarias de la vida, en el trabajo, en el mundo educativo, social, cultural’. Acompañemos al Papa Francisco en esta importante intención de oración, y roguemos como Juan Pablo II, mientras esperamos la fiesta de Pentecostés: ‘¡Ven, Espíritu de vida, Espíritu de verdad, Espíritu de comunión y de amor! La Iglesia y el mundo tienen necesidad de ti. ¡Ven, Espíritu Santo, y haz cada vez más fecundos los carismas que has concedido!’”.

Sobre El Video del Papa

Se trata de una iniciativa global oficial para difundir las intenciones de oración mensuales del Santo Padre. Desde 2016, el Video del Papa ha sido visto más de 196 millones de veces en todas las redes sociales del Vaticano. Está traducido a 23 idiomas y tiene cobertura de prensa en 114 países.

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Iglesia

FIESTA PATRONAL PARROQUIA SALESIANA SAN RAMÓN NONATO PUERTO CASADO, ALTO PARAGUAY

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La Parroquia San Ramón Nonato de la ciudad de Puerto Casado, Alto Paraguay celebra hoy jueves 31 de Agosto su Fiesta Patronal.

Las actividades religiosas se iniciaron a las 8hs con el  rezo del Santo Rosario y la Procesión con la imagen de San Ramón Nonato recorriendo algunas avenidas de la ciudad. La Misa Central fue celebrada en el polideportivo parroquial y fue presidida por Mons. Gabriel Escobar, Obispo del Vicariato Apostólico del Chaco

Compartimos la Homilía del Mons Gabriel Escobar Ayala SDB

 

LECTURAS: 2 Cor 3,1-6ª  /  Sal. 33, 2-11/  Mt. 5,13-16 /

Queridos Hermanos y Hermanas en el Señor Jesús

Hoy no inunda una gran alegría al celebrar la Fiesta de nuestro Santo Patrono San Ramón Nonato

¿Cómo fue la vida de San Ramón Nonato?

San Ramón Nonato fue un español nacido en Lérida ciudad antigua de Cataluña, en la zona nordeste de España en el año 1204 fue extraído con vida del vientre de su madre muerta el día anterior. En relación con las circunstancias de su nacimiento, este santo fue elegido patrono de las obstétricas, parturientas y embarazadas.

 

Se hace religioso mercedario – misionero en Africa

En el norte del continente africano predica, consuela, cura, fortalece, atiende y transmite paciencia a los cautivos de los piratas berberiscos; comprende bien su situación y se hace cargo de que están rodeados de todos los peligros para su fe. Incluso él mismo tuvo que soportar cárcel y la tortura de que sellaran sus labios por ocho meses con un candado para impedirle la predicación.

Cuáles fueron sus virtudes y cualidades ?

Desde muy temprana edad fue devoto, humilde, manso, prudente, obediente a su padre, temeroso de Dios cuidadoso de su conciencia, limpio en los pensamientos, modesto en su porte, discreto en las palabras, ángel en las acciones y amado de cuantos le conocían.31 ago. 2008

 

¿Qué milagro hace el santo San Ramón?

 

Es un Santo milagroso por muchos milagros que ha intercedido. Cuida a los recién nacidos y protege a las personas de objeto de calumnias, falsos testimonios o acusaciones sin fundamentos. Fortalece la fé de los que por diversos motivos tambalean en su creencia cristiana.

 

Hoy dentro de este contexto de fiesta la Palabra de Dios que siempre es viva y eficaz nos quiere iluminar nuestras vidas para que a igual de San Ramón Nonato también seamos hombres audaces, intrépidos, promotores de la libertad de nuestros hermanos que se encuentran segados por esas cadenas que no nos permiten ser libres, sino al contrario somos esclavos y subyugados por terceras personas, instituciones, corrientes políticas que nos dividen como paraguayos y casadeños. Por eso a la luz de la Palabra de Dios queremos dejarnos iluminar. Aquí nos puede ayudar la invitación que nos hace el Papa Francisco de estar dispuestos a vivir con espíritu abierto el sínodo de la sinodalidad donde vivir la COMUNIÓN – PARTICIPACIÓN Y LA MISIÓN , tienen que ser las claves para entrar en este gran desafío para trabajar juntos interinstitucionalmente. En el Paraguay a lo largo de este año estuvimos llamados a vivir nuestra vocación laical, de todo bautizado con un compromiso personal pera a la vez social que se debe hacer compromiso concreto para liberar a tantos hermanos, amigos que se encuentran viviendo alejados de Dios y de los hermanos a consecuencias de nuestros pecados personales que luego se hacen sociales.

Les invito a adentrarnos en las lecturas que hemos proclamado hoy.

En la primera lectura de la Carta 2 Cor 3, 1-6ª nos recuerda nuestro compromiso como cristianos aquí, ahora y siempre. No necesitamos otra carta de presentación sino nuestro testimonio claro, coherente y sin dobles.

Pero ¿voy a recomendarme otra vez? ¿Debería acaso llevar cartas de recomendación de ustedes o para ustedes, como hacen otros?

Ustedes mismos son nuestra carta de recomendación; es una carta escrita en el interior de las personas pero que todos pueden leer y entender.

Nadie puede negar que ustedes son una carta de Cristo, de la que hemos sido instrumentos, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; carta no grabada en tablas de piedra, sino en corazones humanos.

Por eso nos sentimos seguros de Dios gracias a Cristo.

¿Cómo podríamos atribuirnos algo a nosotros mismos? Nuestra capacidad nos viene de Dios.

Incluso nos ha hecho encargados de una nueva alianza, que ya no es cosa de escritos, sino del Espíritu.

 

Preguntémonos nos sentimos verdaderamente hijos de Dios auténticos, por nuestras palabras y obras. Nos preocupamos de salir adelante y no ser escándalo para los demás sino bálsamo , salud, libertad, caridad para los demás.

El hermoso Salmo 33,2-11 que proclamábamos decía: “Denle gracias a Dios porque es eterno su amor”

4.Pues recta es la palabra del Señor, y verdad toda obra de sus manos.

5.El ama la justicia y el derecho, y la tierra está llena de su gracia.

Y el hermoso Evangelio de hoy nos recuerda que debemos ser sal que sala y luz que alumbre , y no todo lo contrario.

«Miren cómo se aman» decían de los primeros cristianos. Ése era su distintivo: el amor.
Parecería que Cristo nos está pidiendo que no seamos humildes: «Brille así vuestra luz delante de los hombres para que vean vuestras buenas obras -pero es ahora donde viene lo importante:- y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.
Hoy día nos podemos seguir  preguntando y como andamos por casa, en nuestras instituciones públicas que están al servicio del pueblo , en nuestra comunidad casadeña. Ya que la Palabra de Dios siempre nos quiere llevar a la vida y luz auténtica.

Recientemente el Paraguay tienen autoridades nuevas a nivel nacional y departamental, donde el pueblo tiene mucha esperanza y esperemos que  a un tiempo de corto y largo alcance se vayan dando esos signos de luz y sal, a lo que  estamos llamados a vivir cada día.

Porque recientemente  nos llamó la atención con temeridad por cierto cuando desde la fiscalía exigían a unos medios escritos de comunicación  de la ciudad capital de revelar sus fuentes de información y nos preguntamos con qué objetivos

dio la impresión que se quería amedrentar a dichos medios de comunicación que quieren vivir su ser luz y sal , llegando a la verdad de las cosas y a través de sus artículos e iluminación puedan dar luz para que ya no se robe más dinero que pertenece a  todos los paraguayos…… no queremos volver a los tiempos de la dictadura donde se cerraban medios de comunicación y se amedrentaba a la prensa escrita, oral, televisiva e inclusive desaparecían algunos etc.  Al contrario debemos ayudar a que todo los oscuro, escondido salga a  luz y se en clarezca para el bien de todos por ejemplo queremos saber qué  pasa con el IPS y el futuro de sus asegurados, la caja de jubilaciones, la próxima renovación del anexo c de Itaipú, los robos que hubo en plena pandemia , etc… esto debe salir a la luz…. No podemos ser indiferentes por algo decimos que la prensa es el cuarto poder.

También día a día nos encontramos con la  inseguridad reinante en todo el país y en nuestro departamento, robos, asalto al estilo comando, violencia, viscacheros, abigeatos , etc.

Nuestra preocupación por nuestros jóvenes que están hipotecando su futuro a consecuencias de estupefacientes como la droga, cocaína y otros productos que lo van acabando de apoco. Y aquí nos preguntamos qué pasa con nuestras instituciones públicas y privadas que deben trabajar en conjunto para vencer este flagelo.

Hoy en Pto. Casado tenemos  varias instituciones públicas en comparación de hace 10 años atrás como el poder  justicia , fiscalía, defensoría del menor, codeni, juzgado de primera y segunda instancia y tantos otros que no vemos que ayuden a vencer la presencia de los pequeños traficantes de drogas en nuestro comunidad casadeña.

Queremos que la justicia sea más expeditiva me viene a la memoria el caso del accidente que hubo en uno de los caminos de nuestra ciudad donde había fallecido un indígena Maskoy donde hasta ahora no hay ningún condenado. Será que la vida nuestra no vale o tenemos paraguayos de primera, segunda y tercera clase. Y así podríamos ir nombrando muchas situaciones que no nos permiten ver la luz.

De aquí a un buen tiempo con tristeza vemos como aumenta los feminicidios se dice que hay un femicidio cada diez días esto es una locura en un país pequeño, que pasa con el  protocolo que se debe aplicar en cada denuncia de violencia entre el varón y la mujer.

Pero la Palabra de Dios nos dice:
No dejemos de hacer el bien por esa falsa humildad, el secreto está en que no nos glorifiquen a nosotros sino a Dios, pero recordemos que somos luz, sal, estamos hechos para brillar, para dar sabor, que el mundo vuelva a sentir nuestra presencia, y que cuando nos vean tengan que exclamar asombrados: «Miren cómo se aman». Miren cómo brillan en el mundo, miren cómo iluminan el camino, son como una lámpara que hay que poner en lo alto, para que alumbre a todos. No se nos olvide que somos lámpara, llevamos la luz en nosotros, pero la luz es Cristo, es a Él a quien tienen que dar gloria. Se tienen que admirar de la luz, que es Cristo.

Cristo hace milagros. Dice el evangelio que si la sal se desvirtúa ya no sirve para nada, pero todo tiene solución mientras dura la vida porque Dios es omnipotente. Si tú, siendo cristiano, siendo sal de la tierra, crees que has perdido el sabor, confía plenamente en que hay uno que se lo puede devolver, confía en que hay uno que puede hacerte ser otra vez sal de la buena, de ser sal insípida a ser sal que da sabor. Si tú te consideras una lámpara sin luz, de esas que sí se tendrían que poner debajo del celemín porque ya no alumbran, acércate a Cristo porque Él es la luz, es Él el que da sentido a nuestra vida, Él nos hará ser lo que debemos ser y así prenderemos fuego al mundo entero.

Así podrán exclamar un día también de nosotros como exclamaban de los primeros cristianos: «Miren cómo se aman». ¡Ánimo! ¡Como los primeros!

Que San Ramón Nonato nos ayude a ser hombres libres para ayudar a liberar a los demás.

Que María Auxiliadora sea el Farol de nuestra vida para iluminar a nuestros hermanos que están en las tinieblas. Amén.

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Iglesia

CEP entrega títulos de tierra a las Comunidades Campo Golondrina y Quenjaclai

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El domingo 27 de agosto de 2023, se realizó el Acto de entrega de título de propiedad a dos comunidades indígenas del Pueblo Nivacle de las comunidades Campo Golondrina y Quenjaclai, del Departamento de Boquerón, Distrito de Boquerón – Chaco, a unos 660 kilómetros de Asunción.

El acto de entrega se dió con una celebración religiosa intercultural en Nivaclé, que dio la bienvenida a la titulación de más de 8.500 hectáreas para unas 50 familias de ese pueblo.

La transferencia gratuita del inmueble es de parte de la Conferencia Episcopal Paraguaya (CEP), con las gestiones y acompañamiento constante de la Coordinación Nacional de Pastoral Indígena (CONAPI), en el marco de la formación y capacitación jurídica para la Defensa Territorial.

Los líderes y lideresas expresaron gratitud por el logro, tras unos trece a diez y ocho años de lucha y espera, mencionan que la meta es seguir creciendo en calidad de vida a favor de sus hijos y nietos.

Al tiempo de celebrar, expresaron también sus dolores, sufrimientos y necesidades, además de reclamar por sus derechos básicos que están lejos de ser atendidos por el Estado.

«Para las comunidades, el aseguramiento de la tierra, y la defensa territorial es vital; la #tierra entendida como propiedad comunitaria, en profunda armonía religiosa y espiritual con todos los seres, anclada con la #ancestralidad», indicó la Conapi.

El P. Miguel Fritz OMI, Administrador Apostólico del Vicariato del Pilcomayo, habló del proceso:

El Líder Hugo Peña de la comunidad Quenjaclai dice que sienten mucha felicidad después de una lucha de 15 años

ACTO DE ENTREGA DE LOS TITULOS DE PROPIEDAD:

https://www.facebook.com/watch/?v=1024291638569582

Audios e imagen: Gentileza de Marlene Villalba – CONAPI

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Iglesia

35 AÑOS DEL ENCUENTRO DEL PAPA JUAN PABLO II CON LOS INDIGENAS EN LA MISIÓN DE SANTA TERESITA

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ENCUENTRO DEL PAPA JUAN PABLO II
CON LOS INDIGENAS EN LA MISIÓN DE SANTA TERESITA

Mariscal Estigarribia
Martes 17 de mayo de 1988

 

Amadísimos hermanos indígenas del Paraguay:

1. Ymá güivéma, aimesé pendendivé. Ha péina ága, aimema pendeapytépe. (Hace ya mucho tiempo que he querido estar con vosotros. Y heme aquí ahora, ya estoy entre vosotros).

Desde esta misión de Santa Teresita quiero dirigirme a los nivaclé, guaraníes occidentales y guaraníes ñandeva; a los lengua, sanapaná, angaité, toba maskoy, guaná, manjui, toba qom, maká, ayoreo; y a los aché, mbyá apyteré, avá chiripá, y pai tavytera. Sé que para muchos de vosotros ha supuesto un verdadero esfuerzo venir a este encuentro con el Papa, ya que habéis tenido que atravesar las inmensas llanuras del Chaco paraguayo. Me conmueve este sacrificio para estar hoy todos juntos. Llegue también mi saludo a los chaqueños y pobladores indígenas, tanto a los nacidos en este suelo, como a los que han venido de otros lugares para vivir y trabajar en esta tierra.

Asimismo me dirijo a todos vuestros hermanos llegados de otras partes del continente americano: a los que vienen de Bolivia y Brasil. Os ruego que hagáis llegar igualmente mi saludo de gozo y paz en el Señor a todos vuestros pueblos y familias. Saludo también a vuestros Pastores, a los sacerdotes, a los misioneros, misioneras y catequistas, en particular de la diócesis de Benjamín Aceval y del vicariato apostólico del Chaco paraguayo. A todos agradezco el afecto y el cariño que me habéis manifestado.

2. Se va acercando el gran acontecimiento del V centenario de la evangelización de América. Esta fecha, que es motivo de alegría para toda la Iglesia, lo es de un modo muy especial para vosotros. Dios “quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento pleno de la verdad” (1Tm 2, 4). Por eso, confió a sus Apóstoles y a la Iglesia entera la misión de ir y hacer discípulos a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar lo que El les había mandato (cf. Mt 28, 19-20). En cumplimiento de este mandato de Cristo, a lo largo de cinco siglos, fueron llegando hombres y mujeres, impulsados por un gran amor a Dios y a los habitantes de estas maravillosas tierras, sin otro objetivo que el de difundir la luz de la fe y injertar la nueva vida, la vida de la gracia, en sus corazones.

Por la fe el hombre llega a un conocimiento más pleno de Dios, y adquiere también una dimensión más profunda de su dignidad como persona, que es común a todos los hombres. En efecto, como enseña el Concilio Vaticano II, “todos ellos, dotados de alma racional, creados a imagen y semejanza de Dios, tienen la misma naturaleza y el mismo origen; y, porque, redimidos por Cristo, disfrutan de la misma vocación y de idéntico destino” (Gaudium et spes, 29).  En virtud de nuestro origen común, todos somos iguales en dignidad, sin distinción de raza, lengua o nación. Ya no hay, como dice el Apóstol, ni judío, ni griego, ni bárbaro (cf. Col 3, 11),  porque todos hemos sido llamados a ser “familiares de Dios” (Ef 2, 19).

Este hecho primordial de que todos hayamos salido de las manos de Dios lleva consigo enormes consecuencias para la persona, como individuo y como familia humana. La primera es que todos somos hermanos por tener un mismo Padre: Dios. Pensad, queridos habitantes de estas tierras, lo que debe significar para vuestras vidas y comportamiento profesar de veras que realmente sois hermanos, miembros de una sola familia.

Estos lazos estrechísimos en el plano de la naturaleza han sido definitivamente sellados por la redención de Cristo, que nos permite compartir la nueva vida de la gracia que El conquistó para nosotros en la cruz, y que nos hace formar parte del pueblo elegido de Dios. La fraternidad que debe reinar en el género humano ha de llevar en efecto, a una colaboración y solidaridad entre todos los hombres y los pueblos, que permita el desarrollo de todos, respetando las propias peculiaridades (cf. Sollicitudo rei socialis, 33).

3. El hombre es superior a todas las demás criaturas de la tierra, porque es capaz de conocer y amar a Dios. Por esto, no puede dejarse arrastrar por los instintos, ya que su condición de hijo de Dios le debe llevar a comportarse conforme a tal dignidad, observando los diez mandamientos dados por Dios a Moisés (cf. Ex 20, 1-17), y que Cristo ha elevado y perfeccionado con el mandamiento nuevo del amor (cf. Jn 13, 34).

Sin embargo, nuestra conciencia y nuestra experiencia nos ponen de manifiesto un hecho doloroso, esto es, que existe en nuestro interior una inclinación al pecado, una tendencia hacia modos de vida que se oponen a la ley de Dios y al querer divino. Por eso cada uno podrá examinarse con provecho a sí mismo para descubrir lo que en la propia vida y comportamiento se opone a su condición de hijo de Dios y hermano de su prójimo.

Para cumplir los mandamientos de la ley de Dios, logrando vencer así las inclinaciones al mal, contamos con la ayuda de la oración. Acudid, pues, al Señor con confianza, sabiendo que El está especialmente cerca de vosotros. Enseñad también a vuestros hijos a dirigirse a Ñandeyara –nuestro Padre Dios– con las oraciones sencillas que desde la tierna edad habéis aprendido: sobre todo, con el Padrenuestro, la oración que el mismo Jesús nos enseñó (cf Mt 6, 9-13). Invocad con frecuencia a Tupasý –la Virgen Santísima–, Madre de Jesús y Madre nuestra, rezando el Avemaría, que tanto le agrada; Ella os animará a hacer la voluntad de su divino Hijo observando la santa ley de Dios.

Los sacramentos son la fuente de la gracia divina de donde recibiréis las fuerzas para superar las debilidades propias de la condición humana. El Señor en su bondad ha previsto estos auxilios para socorrernos en cada etapa de nuestro peregrinar terreno. En efecto, el bautismo nos regenera como hijos de Dios y nos incorpora a la Iglesia. En la Eucaristía, Cristo se ofrece al Padre por la salvación del mundo y se nos da como alimento de vida eterna (cf. Jn 6, 51).  A través del sacramento de la reconciliación, Jesús, al igual que el Buen Pastor, busca la oveja perdida (cf Lc 15, 4-7), va al encuentro del pecador para sanarlo de sus heridas, esto es, de sus faltas, por medio de la absolución del sacerdote.

La unión entre el hombre y la mujer la ha santificado Cristo con el sacramento del matrimonio. En él, los esposos se unen indisolublemente para constituir una comunidad de vida y amor (cf. Gaudium et spes, 48)  y dar origen a una familia. En su seno nacen los hijos, fruto del amor de los padres, que cumplen la voluntad de Dios y colaboran de este modo con su poder creador. Este sacramento os da la gracia necesaria para acrecentar el amor, guardar la fidelidad y educar a vuestros hijos para que sean hombres honrados y buenos cristianos. Conscientes de la dignidad del matrimonio y de la familia, debéis rechazar aquellos modos de comportamiento que se oponen a las enseñanzas de Cristo y a la verdadera felicidad conyugal.

4. El conjunto de estas verdades de la doctrina cristiana sobre la oración y los sacramentos se adquiere y se profundiza en la catequesis. Por esto, os pido queridos hermanos indígenas, que dediquéis todo vuestro empeño a conocer mejor los fundamentos de vuestra fe católica participando asiduamente en los grupos de catequesis y meditando las enseñanzas de Jesús en el Evangelio.

La evangelización de vuestras comunidades alcanzará su plena madurez cuando tengáis muchos sacerdotes surgidos de vuestras mismas familias. No dejéis, pues, de rezar para que el Señor llame a muchos de vuestros hijos y hijas al sacerdocio y a la vida religiosa. No dejéis de animar a los jóvenes a que escuchen la llamada de Dios y dediquen su vida al servicio de Dios entre sus hermanos.

Cristo es “la luz verdadera que ilumina a todo hombre” (Jn 1, 9).  La fe cristiana que habéis recibido en el bautismo es esta luz que ilumina vuestras vidas y guía vuestras comunidades.

La fe, que si es genuina, ha de ir impregnando cada vez más los auténticos valores tradicionales, que se han forjado con el paso de los siglos y que constituyen el alma de vuestras culturas; pues la fe en Jesucristo es también “un elemento decisivo para aquel proceso civil y humano que tanta importancia reviste para la existencia y el desarrollo de cada nación y de cada Estado” (Euntes in mundum, 5). En efecto, la Iglesia ha puesto siempre particular cuidado en expresar el mensaje cristiano con los conceptos y en la lengua de cada pueblo. En el Paraguay tenéis, entre tantos, el ejemplo de Fray Luis Bolaños, que tradujo al guaraní el Catecismo del Concilio de Lima de 1583. “La Iglesia – ha recordado al respecto el Concilio Vaticano II – no disminuye el bien cultural de ningún pueblo; antes, al contrario, fomenta y asume, y al asumirlas, purifica, fortalece y eleva todas las capacidades y riquezas y costumbres de los pueblos en lo que tienen de bueno” (Lumen gentium, 13).

5. He oído de vosotros el testimonio de los grandes problemas que os afectan. Conozco las dificultades y sufrimientos que afrontaron vuestros padres en el pasado y también los que encontráis vosotros en la hora presente. En la vida de vuestras comunidades se dan frecuentemente situaciones de pobreza, de enfermedad, y incluso de olvido social. Sin embargo, de nada serviría que os abandonaseis al desánimo. La fe debe llevaros pues, a asumir estas realidades con una nueva perspectiva. Recordad el ejemplo de Jesús, particularmente cercano a todo el que sufre: su vida de trabajo pobre y humilde, sus palabras de consuelo a los cansados y agobiados (cf Mt 11, 28-30),  su aliento de esperanza a “los que tienen hambre y sed de justicia” (Ibíd., 5, 6) y a “los que buscan la paz” (Ibíd., 5, 9).

Vuestros deseos de promoción integral son justos. Ante todo, queréis ser respetados como personas, y que sean reconocidos y tutelados vuestros derechos, tanto humanos como civiles. Conozco los graves problemas que os afectan; en particular lo que se refiere a tenencia de tierras y títulos de propiedad. Por ello apelo al sentido de justicia y humanidad de todos los responsables para que se favorezca a los más desposeídos. Desde los comienzos de la evangelización, en estas tierras, la Iglesia defendió la libertad y la dignidad de los indígenas, de cuyos derechos los misioneros fueron frecuentemente portavoces en contra de los abusos a que, a veces, vuestros antepasados se veían sometidos.

Queréis también ser gestores del desarrollo de vuestros pueblos, y pedís respeto a vuestras culturas, a las decisiones libres que tomáis. Deseáis al mismo tiempo una promoción, a nivel económico y humano, que favorezca vuestro propio progreso, mediante una educación que sepa conjugar y integrar vuestros valores tradicionales con los adelantos del mundo de hoy. Por mi parte animo y seguiré animando como Pastor de la Iglesia a toda la sociedad paraguaya para que continúe la gran síntesis intercultural realizada en Asunción y en las tierras de los ríos Paraná y Uruguay desde hace cinco siglos, la cual fue un modelo para el mundo. Quiero también hacer un llamado a la solidaridad (cf. Sollicitudo rei socialis, 40) a todos los paraguayos de buena voluntad para que, sin caer en la indiferencia egoísta, colaboren en la tarea de integrar a sus hermanos indígenas en la comunidad nacional. Por ello, aliento los esfuerzos que se han realizado y se siguen haciendo para lograr esta deseada meta.

6. La Palabra de Dios que acabamos de escuchar, tomada de la Carta del Apóstol San Pablo a los Romanos, nos decía: “Acogeos mutuamente como os acogió Cristo para gloria de Dios” (Rm 15, 7). El Apóstol nos invita a acogernos mutuamente, a ser comprensivos unos con otros, a crear entre todos un clima de convivencia pacífica. En efecto, la paz es un gran valor para el hombre: Cristo resucitado saluda a sus discípulos dándoles la paz (cf Jn 20, 19). Ella es un bien imprescindible para el desarrollo de vuestros pueblos. La violencia en cambio, no es el camino para la resolución de los problemas, pues ofende a Dios, a quien la sufre y a quien la practica.

Sin embargo, la exhortación del Apóstol no es una invitación a la pasividad, sino al trabajo ordenado y continuo, orientado a superar las divisiones históricas y culturales que, dentro y fuera de vuestras comunidades, puedan dificultar la convivencia y la paz.

No hay que olvidar, por otra parte, que las riquezas culturales que habéis heredado de vuestros antepasados no pueden ser un motivo para que os cerréis “en un aislacionismo infructuoso”, (Puebla, 424)como señalaron los obispos latinoamericanos en Puebla. Respetando todos los valores culturales propios, tened siempre presente que la falta de “formas estructuradas de educación, de escritura y de ciertas destrezas y hábitos mentales, son circunstancias que marginan y mantienen en situación de desventaja” (Ibíd., 1015).

7. “Por mi parte, –nos dice San Pablo en la Carta a los Romanos– estoy persuadido… de que también vosotros estáis llenos de buenas disposiciones, henchidos de todo conocimiento y capacitados también para amonestaros mutuamente” (Rm 15, 14).

En toda esta labor de evangelización, que incluye también una solicitud eficaz en favor de la promoción humana, es fundamental el trabajo de los catequistas. Es el Señor quien, por intermedio de los obispos, los envía a vuestras comunidades para cooperar en la misión que El confió a su Iglesia de enseñar el Evangelio a todas las gentes (cf. Mt 28, 19-20).

Queridos catequistas: Seguid adelante con verdadera entrega y con generosidad y no os desaniméis en esta encomiable labor. El Señor enciende y reaviva la fe en los corazones de quienes os escuchan, a través del testimonio de vuestra vida cristiana, y de la enseñanza sistemática y constante de la doctrina de Jesús.

La tarea que realizáis es especialmente importante en aquellos lugares, donde por necesidad los fieles se ven privados de la presencia del sacerdote durante prolongados períodos de tiempo. Recae, entonces, fundamentalmente sobre vosotros la misión de evangelizar, para lo cual necesitáis una preparación doctrinal adecuada y una sólida vida espiritual. Que la enseñanza y difusión de la doctrina de Cristo entre los indígenas vaya también acompañada de vuestra preocupación por la promoción humana de estas comunidades. El ejemplo de vuestra caridad cristiana –manifestada en obras concretas en favor de esta promoción– será una manera eficaz de alentar en ellos la práctica de la fe, cuando vean en vuestras vidas un fiel reflejo de la doctrina que enseñáis.

8. Deseo dirigir ahora mi palabra a los habitantes no indígenas de esta tierra, muchos de ellos inmigrantes de Europa central. Es bien sabido que, con constancia y tenacidad admirables, vais cimentando unas bases económicas y un hogar acogedor para vuestras familias, a la vez que contribuís al progreso de esta nación.

El hombre, desde el principio de la creación, ha sido puesto por Dios para someter la tierra y dominarla (cf. Gn 1, 28).  En las tareas agrícolas, el hombre se siente especialmente colaborador con el Creador. En ellas se compenetra el trabajo del agricultor con el don de Dios, la tierra. Por eso, cuanto más se somete y se domina la tierra, tanto más el hombre debe acercarse a Aquel que le ha dado todos los bienes que ella contiene.

Es preciso pues que vuestros afanes no os lleven a olvidaros de las obligaciones de todo cristiano para con nuestro Padre Dios. Celebrad el domingo, día del Señor, cumpliendo el precepto dominical. No descuidéis la educación cristiana de vuestros hijos, dedicándole todo el tiempo necesario, igual que a los demás aspectos de su formación.

El trabajo agropecuario trae emparejados hábitos y costumbres de gran valor humano: fomenta la solidaridad con los más necesitados, inclina los ánimos a compartir los bienes y es fuente de amistad, de amor familiar y de paz. Al mismo tiempo os impulsa a vencer el aislamiento y a entrar en amistosa y cada vez más estrecha comunicación con los hermanos indígenas.

En vuestro conocido ahínco por mejorar las condiciones de vida de estos pueblos, no deja de ser valiosa la relación con los cristianos no católicos que trabajan en estas tierras. A ellos quiero dirigir también mi saludo y mi palabra. Como recordé en mi última Encíclica, la obligación de empeñarse por el desarrollo de los pueblos es un deber para todos y cada uno de los hombres y mujeres, “en particular para la Iglesia Católica y para las otras Iglesias o comunidades eclesiales, con las que estamos plenamente dispuestos a colaborar en este campo” (Sollicitudo rei socialis, 32). Espero que esta cooperación se acreciente y sea cada día más fructífera en este país.

Pohayhú che corazö mbytetéguivé cbe hermano kuéra. Aikua ‘á pende kaneó; añandú pendé angatá; aimé penendivé. Ñandajara pendé rayhú; Te pendé rovasá. Ta pendé membareté. Pe joajú, peiko poravé haguá. Pejoayhuke Ñandejara Jesucristo Oipotaháicha.

(Les amo de todo corazón, queridos hermanos. Conozco sus fatigas; siento sus quebrantos; estoy con ustedes. Dios les quiere; El les bendiga. les dé fuerzas. Únanse para que puedan vivir mejor. Ámense los unos a los otros como Jesucristo lo quiere).

9. Queridos hermanos: Con profunda alegría he estado hoy con vosotros. Al terminar este encuentro, que tiene lugar durante un Año Mariano, dirijamos nuestra mirada hacia “Tupasý”, hacia María, Madre de Dios y Madre nuestra:

– a Ella, que alaba al Señor porque derrama su misericordia de generación en generación y – desplegando la fuerza de su brazo – ensalza a los humildes; (cf Lc 1, 46-55)

– a Ella, que es la Causa de nuestra alegría, el Consuelo de los afligidos, el Auxilio de los cristianos;

– a Ella acudimos para que “el Dios de la esperanza os colme de todo gozo y paz en vuestra fe, hasta rebosar de esperanza por la fuerza del Espíritu Santo” (Rm 15, 13).

Así sea.

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